Cuando escuchamos el término cojín antiescaras, es habitual pensar que existe un producto capaz de prevenir por completo las úlceras por presión. Sin embargo, esta idea es errónea: no existe un cojín antiescaras único, ni milagroso.
Una úlcera por presión (también conocida como escara) es una lesión de la piel y los tejidos subyacentes que se produce por la presión mantenida, el roce o la fricción, especialmente en zonas óseas. Puede derivar en heridas graves, infecciones y pérdida de calidad de vida.
Las personas que pasan largos periodos sentadas, como usuarios de silla de ruedas, tienen mayor riesgo de sufrirlas.
Aunque llamemos “cojines antiescaras” a los productos diseñados para redistribuir la presión, ninguno garantiza la prevención total. Esto se debe a que las úlceras por presión aparecen por la combinación de factores como:
Falta de movilidad
Disminución de sensibilidad
Problemas de circulación
Alteraciones nutricionales
Humedad y maceración de la piel
Tiempo de permanencia en la misma posición
Por tanto, el cojín es solo una herramienta de apoyo dentro de un plan integral de prevención. Sus factores de riesgo son múltiples, algunos modificable y otros no.
Un buen cojín, adaptado a la persona y prescrito correctamente, puede:
✅ Mejorar la distribución de presiones
✅ Aumentar el confort y la estabilidad postural
✅ Reducir puntos de presión excesiva
✅ Disminuir el riesgo de lesiones
Sin embargo, no sustituye otras medidas de prevención, ni puede funcionar de manera aislada.
Para prevenir las úlceras por presión de forma efectiva, es fundamental:
🔹 Realizar cambios posturales frecuentes
🔹 Revisar la piel a diario, prestando atención a zonas de riesgo (glúteos, caderas, talones)
🔹 Mantener la piel limpia, seca e hidratada
🔹 Consultar a un profesional sanitario para ajustar el cojín y la postura
🔹 Seguir una dieta equilibrada y adecuada a las necesidades de cada persona
Consúltame sin compromiso para valorar tu caso.
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