El entrenamiento con restricción de flujo sanguíneo (BFR, por sus siglas en inglés) es una técnica que implica la aplicación de una presión controlada en las extremidades durante el ejercicio, con el objetivo de reducir el flujo sanguíneo. Esta metodología ha sido objeto de diversas investigaciones que han evaluado sus beneficios en diferentes poblaciones.
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Entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo
La evidencia específica sobre el uso del BFR en personas con lesiones medulares es limitada, pero no podemos negar los buenos resultados de todos estudios que se han atrevido a explorar su aplicación en otras condiciones neurológicas. Por ejemplo, en pacientes con sarcopenia asociada a una lesión medular, el entrenamiento con restricción de flujo sanguíneo ha mostrado ser una herramienta útil para inducir ganancias de fuerza muscular, disminuyendo los riesgos asociados al entrenamiento de alta intensidad.
Explicado en otras palabras: con este tipo de entrenamiento a una baja intensidad podemos conseguir similares ganancias musculares que un entrenamiento de alta intensidad.
Además, se ha observado que el BFR puede inducir hipertrofia muscular utilizando cargas relativamente bajas, alrededor del 30% de una repetición máxima (1RM), lo que resulta en efectos positivos significativos en términos de aumento de masa muscular.
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Beneficios en personas sanas
En individuos sanos, el BFR también ha demostrado ser efectivo para mejorar la fuerza muscular. Una revisión sistemática concluyó que la restricción de flujo sanguíneo es un método válido en fisioterapia para la mejora de la fuerza muscular en personas sanas, considerándolo una alternativa eficaz a los programas de mejora de la fuerza convencionales.
Es importante destacar que, aunque el BFR ha mostrado beneficios en diversas poblaciones, su aplicación debe ser supervisada por profesionales capacitados para garantizar la seguridad y eficacia del método. La selección adecuada de la presión de oclusión y la individualización del protocolo de entrenamiento son fundamentales para minimizar riesgos y maximizar beneficios.
El entrenamiento con restricción de flujo sanguíneo presenta evidencia científica que respalda sus beneficios en la mejora de la fuerza y la hipertrofia muscular en personas sanas y en ciertas poblaciones con patologías neurológicas también. Sin embargo, se requiere de más investigación para establecer protocolos específicos y evaluar su eficacia en patologías neurológicas.
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